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Lobo ibérico

Lobo ibérico

El lobo ibérico, también conocido científicamente como Canis Lupus Signatus es una de las subespecies del lobo que habita en la península ibérica. Se trata de lobos de tamaño medio cuyos machos alcanzan hasta los 70 centímetros de altura y los 50 kilos de peso. Además, estos animales cuentan con un pelaje con manchas oscuras en la cola, en la parte anterior y en la cruz y actualmente están protegidos porque su población está muy fragmentada y también amenazada.

Características de los lobos ibéricos

Los lobos ibéricos son una subespecie que suele alcanzar un tamaño medio. Los machos miden entre 130 y 180 centímetros y las hembras hasta 160. La altura de la cruz de estos animales puede ser de hasta 70 centímetros y los machos adultos suelen pesar entre 35 y 50 kilos, mientras las hembras pesan entre 30 y 40 kilos. Son unos animales bellos y que llaman la atención, sobre todo en movimiento cuando sus cuartos delanteros presentan mucho poderío en relación con la grupa, que está algo caída.

Además, estos animales tienen una cabeza muy grande y maciza, y unas orejas triangulares y bastante pequeñas, así como unos bonitos ojos oblicuos de color amarillo. El hocico de los lobos ibéricos tiene manchas blancas que se llaman bigoteras. El pelo de los lobos ibéricos es heterogéneo, con unas franjas longitudinales oscuras o negras en la parte anterior de las dos patas delanteras y con una mancha oscura por la cola y por la cruz que popularmente se denomina «silla de montar».

Hábitat del lobo ibérico

Tradicionalmente, el hábitat del lobo ibérico se distribuía a lo largo y ancho de la Península Ibérica pero en la actualidad se le ubica con poblaciones estables en el norte del Duero. En el sur de este río la población está muy fragmentada y amenazada, con lo que se ha convertido en una especie protegida.

Hasta principios del siglo XX podían encontrarse lobos en el sur de los Pirineos, pero durante los últimos cien años han sido perseguidos y cazados, así como se han puesto muchas trabas de forma indirecta que han impedido que sus poblaciones puedan desarrollarse.

Así, el número total de lobos ibéricos que actualmente habitan en España son diferentes según las fuentes consultadas pues mientras el último censo del 88 indicaba que había entre 1500 y 2000 individuos, otras fuentes indican que hay más de 2500 ejemplares distribuidos por la zona noroccidental de la Península Ibérica.

Así, en la actualidad, pueden encontrase lobos ibéricos en Castilla y León, Galicia, Cantabria y Asturias, así como en algunas regiones limítrofes como son el País Vasco, La Rioja, Guadalajara, Castilla la Mancha y el Norte de Portugal. Se cree que también hay algunas poblaciones al norte de Andalucía y en el sistema Central y el Ibérico.

Lobos ibéricos

¿Qué comen los lobos ibéricos?

Los lobos ibéricos son una de las especies carnívoras de gran tamaño que habitan en la península ibérica. Como depredadores, comen casi únicamente las presas que cazan, que suelen ser herbívoros de tamaño grande y también mamíferos menores que ellos. Los lobos son carnívoros depredadores y por tanto se alimentan de las presas que cazan, pero también cabe reseñar como en ocasiones compiten con algunas aves carroñeras por restos de animales muertos de forma natural o por accidente, así como también por los restos de comida etc. que provienen de vertederos cercanos a núcleos habitados por humanos. Además en algunas estaciones consumen algunos vegetales, como por ejemplo frutos silvestres, aunque simplemente es un complemento a su dieta carnívora.

Reproducción del lobo ibérico

En lo referente a la reproducción del lobo ibérico, cabe reseñar que se trata de un animal gregario que vive en comunidad y tiene un elaborado comportamiento social. Mientras en el norte de Europa suelen haber manadas con decenas de lobos, en España existen grupos pequeños de lobos ibéricos, mucho más familiares. Los lobos son monógamos y las parejas siempre se mantienen estables durante el año, con lo que los grupos suelen estar formados por las parejas y sus crías, aunque también se pueden encontrar individuos que habitan en soledad.

El celo de los lobos ibéricos es e invierno, normalmente entre los meses de diciembre y de febrero y la gestación de los lobeznos dura hasta 65 días, naciendo en cada parto normalmente más de cuatro pero menos de siete crías. Las lobas dan a luz en cuevas o madrigueras, y si no pueden hacerlo, resguardadas en arbustos, aunque la hembra suele cambiar a las crías de lugar frecuentemente para protegerlas.

Los lobeznos tienen los ojos cerrados hasta los 15 días y la madre está siempre con ellos mientras el macho y el resto de la manada les llevan alimentos. Cuando cumplan un mes y medio dejarán de mamar para comer alimentos, aunque podrán probarlos antes, y cuando tengan unos dos meses empezarán a salir con los padres a buscar comida.

Lobo ibérico

Estado de conservación

El lobo ibérico es un animal que ha estado presente en la península ibérica desde hace siglos. A principios del XX podía encontrarse por toda la península ibérica, pero entre los años 50 y 70 estuvo casi al borde de la extinción, debido a la persecución que se dio a esta especie. En Portugal sucedió lo mismo, hasta que se convirtió en un animal protegido.

Algunos autores indicaban que en 1988 la población de estos animales era de entre 1500 y 200 ejemplares y más tarde, en 2002, se calculó una población de 2000 lobos en España y de unos 400 ejemplares en Portugal. Se trata de una especie vulnerable y casi amenazada, aunque su caza está permitida en el norte de España.

Evolución de la raza

Hasta el principio del siglo XX, los lobos ibéricos podían encontrarse por toda la península pero el gobierno franquista inició una campaña de exterminio durante los años 50 y 60, que terminó con un gran número de ejemplares, excepto en la parte norte de la península, dónde aún existen grupos importantes. En Portugal sucedió lo mismo y la población de lobos ibéricos se vio mermada drásticamente.

Años más tarde, diferentes naturalistas y conservacionistas, como Félix Rodríguez de la Fuente, pidieron el fin de la caza y la protección de estos animales y hasta la actualidad, se ha conseguido recuperar la especie en cierta medida, o al menos evitar su rápida extinción. La caza del lobo ibérico está ya prohibida en Portugal, aunque todavía se permite en algunas regiones de España.

Cabe reseñar que, aunque la caza de estos animales está prohibida en Portugal y limitada en España, aproximadamente el 45% de las muertes de lobos ibéricos se deben a la actividad humana, tanto indirecta, como a la caza ilegal.

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